A la hora de llevar a cabo el marketing de tu pequeño negocio, no se trata de cuando dinero inviertes en los anuncios de Google o cuantas visitas consigues; lo que realmente importa es tu marca, asegurándote de que es una de esas marcas rompedoras que evocan suficiente profesionalidad, experiencia y factor humano.
Echa un vistazo a las grandes compañías presentes en nuestras vidas a día de hoy. Todas y cada una de ellas tienen una marcada personalidad que todos identificamos y conseguimos recordar con facilidad, aunque con ligeras variaciones. El término ‘branding’ hace referencia al proceso de construcción de una marca, reduciéndose a cómo esa marca es percibida por los potenciales clientes y competidores. Tu ‘branding’ debería proporcionarte las ventas y ayudarte a despegar como pequeño negocio.
Necesitas pensar qué es lo que quieres que tu marca trasmita. ¿Quieres destacar entre tus competidores como la marca más divertida, o la de mayor reputación? ¿Quieres verte envuelto de manera activa en tu comunidad de clientes, respondiendo a los comentarios en Facebook y re-twitteando los elogios recibidos en Twitter? Una marca rompedora conseguirá que todo lo anterior funcione mejor que cualquier emplazamiento publicitario, y es la razón por la que conseguir crear una es tan importante.
Tu marca es básicamente por lo que la gente te recuerda. Es lo que instantáneamente viene a la mente cuando ven tus productos, y lo que puede causar que todo vaya mal si por alguna razón se ha visto empañada. Limecrime, una empresa de cosméticos de Los Ángeles, descubrió esto mismo tras detectarse un fallo de seguridad en su sitio web que exponía las cuentas bancarías de sus clientes.
Limecrime fue una marca rompedora, con un CEO que lucía un colorido cabello y trasmitía una actitud muy creativa ante la vida. Sin embargo, una vez que la noticia del ataque informático llego a Twitter, esta fachada se derrumbó.
Todo cambio después del hackeo, y la imagen se echó a perder por la incompetencia de la empresa a la hora de lidiar con la situación, dedicándose a esconder comentarios negativos en sus redes sociales. Todavía se siguen recuperando de aquel impacto, y han perdido una gran cantidad de negocios. Recuerda, tu marca no debería ser una mentira. Lo que tú respaldas debería ser muy real, o de lo contrario tarde o temprano acabará volviéndose contra ti.
Una marca rompedora es esencial para el marketing de un negocio pequeño, pues le proporciona a tu audiencia algo de lo que hablar. Además, se caracteriza por entender y sacar partido a su nicho de mercado, compartiendo contenido en las redes sociales que apela a su audiencia y escuchando lo que tienen que decir sobre sus productos.
El nombre de tu empresa es otra de las cosas a tener en cuenta. Una marca rompedora es aquella que saca partido a su nombre, el cual debe ser corto, ágil e interesante. Ser consistente con la imagen de tu marca te asegurará seguir siendo una marca rompedora. Desde tarjetas de visita, pasando por la impresión de membretes de colores en Helloprint, hasta el uniforme de tus empleados, todo necesita tener un mismo logo y esquema de colores que inspire confianza y dependencia por parte de tus clientes.
De lo que probablemente no te des cuenta es de lo importante que una marca rompedora es para tus empleados y futuras contrataciones de empleados. Cuanto más hablen de ti, más gente querrá unirse a ti. Tus actuales empleados pasan a ser una familia, corriendo la voz haya donde vayan simplemente porque hiciste un gran trabajo creando esa gran personalidad de tu marca.
Ahora que aún eres negocio pequeño, es el mejor momento para empezar a trabajar en esa marca que quieres convertir en rompedora. Más tarde es posible que la situación sea demasiado difícil de redirigir.