El uso de la moneda virtual ha crecido de manera espectacular en los últimos años y, probablemente, lo seguirá haciendo. Quién sabe si conseguirá democratizarse y transformar todos los sistemas financieros de los diferentes países del mundo manteniendo una moneda común para operaciones online.
Los detalles de los cambios que puede traer a nivel usuario habrá que estudiarlos con detenimiento y paso a paso. Eso sí, es cierto que cada vez está más accesible ya que la criptomoneda también puede ser comprada en distintas plataformas y de manera sencilla.
Si a finales de los 90, cuando surgió, su uso era residual poco a poco se ha ido extendiendo. Tanto es así que ya muchos fondos y otras entidades más tradicionales cuentan con este tipo de moneda.
La ventaja fundamental es la seguridad que da en las operaciones, al tener un sistema encriptado de cadenas de bloques para verificar los movimientos.
Desde Europa a Asia pasando también por América Latina.
Esta moneda va en paralelo a la economía real pero, como se ha señalado anteriormente, cada vez genera más interés.
En un estudio publicado y distribuido a principios de este año por la consultora Statista sobre el uso de criptomonedas a nivel mundial, se desprendía cómo, países de América Latina se encontraban entre los primeros puestos, tras el líder total que es Turquía.
Países como Brasil, Colombia, Argentina, México y Chile, se encontraban entre las primeras posiciones y entre las 10 economías que mayor consumo de criptomeneda tenían.
Por ciudades, destacan algunas como Bogotá, Caracas, Ciudad de México o Buenos Aires.
Sin embargo, el estudio no tiene en cuenta a Venezuela que, según ciertas informaciones, cuenta con un gran volumen de disposición de bitcoins en 2019. De hecho, se estima que ya existan multitud de establecimientos donde se puede pagar con esta moneda.
Esta foto fija que corresponde a los datos de 2019 seguramente ha podido cambiar a raíz de la pandemia, creando distintos efectos y quizá opuestos. Por un lado aventurándose en el acopio de esta moneda ya que los activos digitales parecen valores seguros y, por otro, todo lo contrario, por la gran volatilidad que tiene esta criptomoneda.
Muchos consideran que América Latina es un excelente nicho de mercado para que se expanda esta moneda y puede convertirse en la punta de lanza para el resto del mundo. Habrá que esperar a que se establezcan marcos regulatorios adecuados para que esto ocurra.
Sea como sea, podrá frenar su ritmo, pero no paralizar la tendencia de crecimiento que está experimentando junto al sistema de blockchain que ya se aplica para otro tipo de áreas, como la energía o, más comunes, el marketing.
En este sentido, ya se había destacado en anterioridad en este foro cómo toda esta tecnología e inteligencia que representan los códigos encriptados nos va a cambiar la forma de consumir y de relacionarnos con nuestro alrededor.
No hay duda de que la tecnología transforma hasta el sector más recóndito y que dentro de pocos años se habrá integrado perfectamente en cualquier acción de la vida cotidiana sin dejar hueco al asombro.