Hablábamos en varias ocasiones en este blog sobre marketing político, sobre la necesidad de aceptar el cambio impuesto por sociedades cada vez más unidas gracias a la eclosión de las redes sociales y sobre la importancia de mantener la confianza como eje central del nuevo modelo al que nos enfrentamos.
Y si bien es cierto que el peso específico de las redes sociales en la construcción de nuevos hábitos, nuevas costumbres y obviamente, nuevas expectativas, en relación a lo dirigentes en quienes depositamos la confianza, es un tema del que hemos tomado conciencia hace ya mucho tiempo. Es también una realidad que los últimos acontecimientos, en especial la manifestación del 15-O donde el mundo entero se unió con el objetivo de lograr la ansiada y proclamada Democracia 2.0, ha dado una vuelta de tuerca más en la importancia de la influencia, como eje central de la confianza.