La pandemia del nuevo coronavirus ha provocado un vuelco en casi todo. Ha cambiado nuestra forma de relacionarnos, de trabajar y, sin duda, también ha supuesto un tremendo shock en la actividad de cualquier empresa. Por poner un ejemplo, en los días del confinamiento estricto, todas aquellas que no prestaran servicios esenciales tuvieron que cerrar los establecimientos hasta entonces abiertos al público.
Es posible que esta circunstancia haya terminado de abrir los ojos a muchos: la venta de bienes y servicios online es tan importante como la presencial, y la incertidumbre generada por esta pandemia demuestra que vamos hacia un modelo de consumo en el que el comercio online será, incuso, más relevante de lo que ya es. El comercio electrónico facturó en España 11.999 millones de euros en el segundo trimestre de 2019, según los últimos datos oficiales publicados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Creció el 28,6% respecto al mismo periodo el año anterior.