La marca -aunque no siempre ocurre así- es uno de los bienes intangibles más valorados de cualquier proyecto o empresa y como tal hemos de tratar de que transmita aquellos valores y experiencias que sean percibidos de forma positiva por nuestros clientes o potenciales usuarios.
Por lo tanto podríamos afirmar que la marca es inherente a la empresa como el nombre y apellidos lo son a una persona. Cuando un usuario recibe un impacto de una marca inmediatamente la asocia con un producto o servicio que presta la compañía que está detrás y no es extraño que inmediatamente también afloren sentimientos hacia esa marca que están directamente relacionados con las experiencias que como consumidor ha tenido respecto a esa marca.