La gran mayoría de los procesos de facturación a clientes de las empresas sigue caracterizándose por el envío de sus facturas en papel, impresas y por correo postal, incluso cuando esas mismas empresas perciben los potenciales beneficios financieros y de servicio al cliente que proporcionan las alternativas electrónicas.
Esto se deduce del estudio 2011 AR Automation, realizado en Estados Unidos por el Instituto Financiero de Operaciones y patrocinado por Esker. Dicho estudio está basado en una encuesta a profesionales del área de Contabilidad, a los que se les preguntó sobre sus métodos de facturación, tanto actuales como en previstos para el futuro, así como sobre sus costes y desafíos.