Está claro que las Administraciones Públicas y las ONG son necesarias en el desarrollo de una sociedad equilibrada y próspera, sin embargo sus labores no son suficientes.
Somos todos actores de esta sociedad en la que vivimos y a pesar de que, lo que llamamos “los mercados”, parecen acaparar todo el protagonismo, las pequeñas y medianas empresas, podrían convertirse en una de las herramientas más potentes para mejorar o incluso cambiar las cosas.