Aunque el verano parece el momento perfecto para relajarse y dejar que los meses fluyan, en el mundo del marketing no es así.
El verano es el momento perfecto para hacer un pequeño alto, revisar los datos del primer semestre y plantear una estrategia de cara al segundo que mejore los datos que no terminan de responder y conseguir poner en orden aquellas pequeñas tareas que han quedado en el tintero tras la vorágine de los meses de más volumen de trabajo.