Cuando hablamos hoy de construir una marca pensamos automáticamente en los contenidos. ¿Recordáis cuando allá por la década de los 90 emergía Internet como un símbolo de estatus sólo accesible para los puestos directivos? O cuando, tener una cuenta de correo electrónico nos situaba a la vanguardia de las nuevas tecnologías?
Bien, Internet hoy, una década después, se ha consolidado como el único mercado en el que se produce, se consume y se mueve el motor de la creación de empleo. La llave que abre esa ansiada “caja de Pandora” para las PYMES que se han salvado de la “quema” o aquellas que están comenzando como única salida, la tienen los contenidos de calidad y por ende el marketing de contenidos.