La red social que, actualmente, intenta desarrollar acciones que la posicionen como transparente de cara a sus stakeholders, al parecer en tiempos pasados y no tan pasados estaba rodeada de un aura de oscurantismo. Las estimaciones de su valor se ponían por las nubes debido a la gran repercusión que esta representante de la web 2.0 ha tenido en los últimos años en materia de intercambio de información y datos así como de publicidad o marketing online lo cual influyó claramente en su valor de salida.
Sin embargo, las expectativas quedaron completamente destruidas cuando, apenas dos días después de la salida de Facebook al mercado con 38 dólares por acción, estas bajaron hasta los 33 dólares. Lo cierto es que en un principio se pretendía poner el precio en poco más de 20 euros pero los bancos se encargaron de “inflar” el precio hasta llegar a esta bajada actual.
Fracaso de Facebook por falta de confianza en su rentabilidad
La realidad ha dado un golpe de humildad a la red social por excelencia haciendo descender sus acciones. En cualquiera de los casos se debe disponer aun de tiempo para dejar que la situación se enfríe puesto que aun no se sabe a ciencia cierta cual es el modelo de mercado que se puede esperar de Facebook, si es que hay alguno. El valor potencial de esta red social es muy alto y las campañas de marketing han ido dando sus frutos pero no tanto como esperaban las principales entidades bancarias. Desde que Facebook empieza a hacerse vale en bolsa hasta el momento en que realmente obtiene una confianza real en su rentabilidad es algo que a la NASDAQ (la bolsa de valores electrónica), de momento, no le ofrece una gran fiabilidad. Esto se ha dejado patente.
No obstante, las causas de por qué este fracaso bursátil en Facebook son de raíces más profundas puesto que, por un lado, existe una cuestión meramente económica que está marcada por los mercados secundarios, es decir, los mercados externalizados a la adquisición asignada de las acciones. Esto, para que nos entendamos, afectó a Facebook porque los mercados secundarios le dieron unos valores a Facebook muy altos, con lo cual su salida debía poner el precio por encima de estos. El resultado fue el conocido. Existen una amplia cantidad de posibles causas pero se puede destacar, por otro lado, la gran repercusión que el mercado móvil (véase tablets y smartphones) está teniendo en la valoración de los usuarios habituales de redes sociales. Mientras que algunas opciones tienden a desaparecer, el consumo online parece ir dirigido hacia este mundo y, si esto ocurre, Facebook se vería en un gran apuro debido a la limitación en su funcionalidad en el móvil y a los fallos de seguridad de sus primeras versiones.
Twitter se anima a salir a bolsa tras el fracaso de Facebook
Esta noticia parece no haber sorprendido a los especialistas en el entorno web ya que la aplicación más utilizada por el ámbito de la comunicación profesional no para de crecer y es un recurso simplificado que resulta muy apto para móviles, ordenadores o tablets. Se trata de una de las grandes promesas y los rumores ya parecen estar forjándose debido a que estos medios radicalmente opuestos como son Facebook (fines recreativos) y Twitter (fines informativos) han sembrado lo necesario para que se generalice su uso y su valor potencial.