En busca del equilibrio en el comercio exterior

Estrategia - Consultor de Marketing - Germán Piñeiro Vázquez El Blog de Germán PiñeiroHablar hoy en día de globalización puede parecer desfasado. Es una realidad que los mercados cada vez tienen menos fronteras y con los acuerdos entre países el comercio exterior es una realidad palpable. Durante unos años, esta actividad había sufrido un retroceso por la economía, pero parece que poco a poco va recuperando sus cifras y poniendo las balanzas en positivo.

Ese es el caso del comercio exterior en España, que durante 2013 volvió a crecer según los datos del Ministerio de Economía, que cifró este ascenso con datos de exportaciones totales que suponían un 5,2% más de lo que supusieron el año anterior, mientras que el crecimiento de las importaciones tenían un volumen un 3,1% mayores que en el anterior ejercicio. Esto son buenas noticias siempre ya que ayudan a la balanza económica de un país, pero por encima de todo, ayudan a las empresas que se dedican a estas actividades.

Hablar de comercio exterior es hacerlo de productividad, de miles de empresas que producen bienes o servicios que pueden ser interesantes en otras partes del mundo y cuyo riesgo es mucho mejor usando productos bancarios como el crédito documentario, lo que hace que, cada día más, vivamos en un mundo donde los productos de un país se pueden encontrar prácticamente en todas partes.

Es quizás una de las mejores apuestas a nivel local, la capacidad de exportación de productos que permitan a cooperativas, pequeñas y medianas empresas e incluso multinacionales la posibilidad de vender sus bienes a latitudes lejanas. Pero no sólo se trata de exportación. Cada país suple sus carencias en este tipo de productos gracias a la importación, que hacen que, a nivel consumidor, sea un sector que permite la competitividad en precios de cara a la venta final al público.

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Quizás los países que más consiguen en el campo de precios son los orientales gracias a la propia cadena de producción y política de trabajo, aunque lo cierto es que en todo el mundo occidental, los precios empiezan a competir con los suyos en vista de la prevalencia en el mercado.

Con la Unión Europea y sus políticas en comercio exterior, exentas de aranceles ni aduanas para los países miembros, el comercio europeo se ha vuelto igual de competitivo en muchos sectores que otros mercados tanto de Asia como de América.

La clara apuesta para el éxito en este sentido es la producción de productos o servicios que obtentan el interés de otros mercados, a precios competitivos pero que no lleguen a ser deficitarios en ningún caso, y que aporten riqueza no sólo económica sino laboral y de oportunidades tanto a medianas o pequeñas empresas, como a nivel laboral o incluso geográfico.

La principal tarea es determinar los nichos de mercado que quedan vacíos en los países emergentes para poder “colocar” allí los productos en lo que a exportación se refiere, y por otro lado, estudiar también cuáles son las mejores opciones a nivel importación para poder equilibrar positivamente la balanza.