Durante los meses de verano, la ciudad de Santiago se prepara para acoger a miles de caminantes deseosos de completar la ruta del senderismo más famosa de nuestro país. Además de ser una experiencia religiosa, hacer el Camino de Santiago implica la superación de un reto personal, la apuesta por turismo nacional y el conocimiento y defensa de nuestro arte y nuestra cultura.
A la hora de realizar el camino, es importante que los viajeros planifiquen los días en los que pretenden completar el sendero, los puntos en los que van a alojarse y los artículos o enseres que van a portar durante todo el trayecto.
Datos importantes para el camino
Origen del camino
El Camino de Santiago dispone de diversos senderos que culminan con la llegada a la catedral de Santiago y el culto frente a la tumba de Santiago. En este sentido, es posible elegir entre caminos tradicionales, como el Camino de Santiago primitivo, o rutas más lejanas, como el sendero portugués o el inglés.
La elección de uno u otro depende de diversas cuestiones, tales como los días dedicados a la ruta, la capacidad física de quien lo realiza o el esfuerzo que cada uno esté dispuesto a invertir. En el caso de contar con un grupo en el que alguna persona no desee o quiera completar el trayecto, algunas empresas como Orbis Ways ofertan rutas con un itinerario planificado, asistencia sanitaria o reservas en hoteles y puntos de interés.
Equipo y materiales
Por regla general, el Camino de Santiago es un sendero que precisa de unos materiales mínimos y cierto equipamiento, independiente de la ruta seleccionada. Así, es fundamental contar con ropa adecuada para el trayecto: pantalones y camisetas de senderismo, botas adecuadas para caminar kilómetros, una mochila de cierto tamaño, crema solar, ropa interior limpia, neceser o crema solar, entre otros. Tampoco se pueden olvidar medicamentos o artículos farmacéuticos básicos (tiritas contra ampollas, paracetamol, ibuprofeno…), así como un chubasquero o gorro para posibles lluvias.
Tras cada parada los viajeros deberán rellenar sus botellas de agua y adquirir artículos para el consumo (comida, fruta, barritas de proteínas…), por lo que la mochila debe ser lo suficiente grande como para albergar los mismos. Por último, los viajeros deben portar en todo momento su documentación y tarjetas de crédito.
Planificación
Poco antes de dar comienzo a la travesía, los excursionistas deben comprobar que la información de la que disponen, los puntos de llegada o los kilómetros diarios se ajustan a las rutas establecidas. Por ejemplo, el Camino de Santiago de Finisterre se suele realizar en 6, 7 u 8 días, mientras que el camino primitivo puede alargarse hasta los 16 días. El itinerario y los destinos diarios deben quedar planificados de antemano, aunque siempre se puede contar con un margen de desviación.
Asimismo, es importante revisar la documentación, los días de permiso, los artículos necesarios para el viaje y el neceser con los productos imprescindibles. Aunque siempre se pueden adquirir productos en tiendas o restaurantes locales, es posible que los viajeros deban hacer frente a problemas como ampollas o dolores de cabeza desde el primer día. Por ello, lo recomendable es realizar un listado para evitar olvidos.