Redes sociales… qué no serán capaces de lograr, parece más que una realidad –le pese a quien le pese- que las redes sociales llegaron para quedarse y cambiar los paradigmas en torno a quién hace qué, quién decide qué y qué es aceptado o rechazado.
Debemos al Yes We Can lo que se conoce como Marketing político en internet, una cruzada que sentó las bases de la nueva forma de hacer política. Un primer paso en realidad, si tenemos en cuenta que aún no se ha producido la ruptura, que aún no se han desligado ambos sistemas y que si bien hoy una campaña organizada por una marca pro-defensa del medio ambiente se lo propone, se puede parar o modificar la construcción de una planta de energía que, eventualmente, pudiera perjudicar el medio ambiente. Y todo ello con internet y las redes sociales como vehículo.
Política y sociedad 2.0… ¿de la mano en su proceso de maduración?
Tomando conciencia de la realidad en la que nos movemos, es necesario a la hora de analizar a los líderes utilizados por los partidos políticos para sus campañas de Marketing en las redes sociales. Es posible determinar ¿cuanta manipulación existe en los medios de comunicación tradicionales? o por el contrario ¿es posible determinar que el grado de maduración de las redes sociales ha alcanzado el nivel suficiente para determinar –en gran medida- el curso de los acontecimientos?.
Noticias que forman tendencias, tendencias que responden a necesidades e intereses de toda índole. Sin duda, los recursos e intereses de los políticos son de estudio esencial para identificar el grado de compromiso que el marketing político y las campañas electorales en las redes sociales, tienen realmente con la calidad requerida por el nuevo ciclo social conformado por la ciudadanía 2.0
Sin saber muy bien si fue una eclosión alentada por la debacle de la economía del mundo real o si fue por la estrella que rodeó a la campaña social de Barack Obama, lo cierto es que las redes sociales sentaron, a partir de ese 2008, las bases sobre las que se asientan las relaciones, políticas, económicas y de toda índole con un transfondo que, sin ninguna duda, se asienta sobre la vertiente más social y en definitiva el trato de tu a tu con el ciudadano.
El éxito del Marketing político y los riesgos de no cumplir con las promesas
Después del éxito del Yes We can y cuando el presidente Obama prepara su reelección, asistimos a la toma de conciencia sobre el quiebre aún existente en este ciclo híbrido; las redes sociales se comportaron de forma totalmente eficiente en la campaña electoral de Obama.
Ciertamente la estrategia de marketing político adoptada logró un elevadísimo nivel de viralidad, lo que permitió que cada vez más personas siguieran y conformaran el canal de apertura entre el político y la sociedad, sin embargo no todo lo prometido se cumplió, y si bien hoy los éxitos y fracasos de las personas se miden en términos de reputación, esta deberán evaluarla los electores de Estados Unidos, es una realidad que la reputación asociada a los medios sociales crece como la espuma.
Bien sea un Marketing basado en las emociones, un Marketing de guerrilla para pequeños emprendedores o pymes, un Marketing político o un Marketing neurológico, lo se pone de manifiesto es que las redes sociales son o pretenden ser elementos que unan sociedades, micro sociedades especializadas, segmentadas y comprometidas.
Serán micro sociedades que funcionen autónomas, independientes y que con sus acciones sean capaces de generar, nuevas oportunidades para lograr un entramado cada vez más eficiente y que terminarán con el dominio y manipulación de los grandes grupos de comunicación –El conocido como cuarto poder-.
Conclusiones, retomar la confianza, mucho más que marketing político
La política tiene un gran aliado en las redes sociales, el marketing político parte de una salida aventajada donde la transparencia y la inmediatez, unido a la apertura de los canales de comunicación, suponen una poderosa arma de éxito… y a su vez, el mayor desafío al que se deba enfrentar la clase política… la reputación online no es un tema que se resuelva con un lavado de imagen, la construcción de la reputación es aún, una asignatura pendiente de la política y, ante eso, no existe campaña de marketing político que haga milagros. La campaña de marketing puede resultar un éxito, convencer después es el desafío y lograr que la confianza vuelva a establecerse entre la clase política y la ciudadanía, es aún un tema más complejo.