Siempre que hablamos de nuevas tecnologías lo hacemos de cara a nuevos trabajos, avances en las posibilidades de desarrollar una carrera profesional o incluso para dar cobertura a las nuevas necesidades que van surgiendo poco a poco con el paso del tiempo en nuestro ámbito personal.
Sin embargo, si hay un lugar que han revolucionado sin posibilidad de vuelta atrás, esas son las aulas. No hace tanto, el ver entrar al bedel de turno con el vídeo era ya toda una novedad en las clases, sin embargo hoy se puede hablar de pizarra digital, de ipads, proyectores (que son considerados dentro de la educación la siguiente generación de las diapositivas), etc.
El hecho de que el profesorado haya tenido que ir un paso más allá para conseguir adaptar sus programas y currículos a las necesidades que empiezan a demandarse y sientan las bases y el primer contacto de los niños en el campo de las nuevas tecnologías es ya una realidad.
Hay muchas posibilidades con las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación), hasta tal punto, que incluso la Unesco ha dicho que pueden ser el verdadero vehículo para llegar hasta el acceso educativo a nivel universal, con lo que no hay que tomarlo a broma.
Obviamente, la principal necesidad es que el profesorado se adapte a una nueva corriente de enseñanza que cada vez más va ganando terreno a los materiales tradicionales. Con los materiales y temarios vertidos en lo digital y en lo tecnológico, el acceso desde cualquier parte a ellos es único y posible. Esto hace que se puedan abrir muchas vías de cara a un futuro no tan lejano en el que la información y educación puedan llegar de la misma manera a lugares recónditos donde hoy en día es inviable.
Dando un paso más allá, el hecho de que desde las aulas de infantil se vayan acostumbrando al manejo de los distintos sistemas de comunicación y lo vean como algo normalizado hace que la brecha entre la realidad laboral de hoy en día y el enfoque comunicativo de las clases permitan que las TIC se conviertan en algo natural para los niños.
Sin duda es un tema no exento de polémica. Hay detractores que basan sus críticas en el hecho de que se puedan perder muchas pautas cognitivas que se iban adquiriendo con los años de colegio y que a la vez ayudaban a desarrollar otras cualidades luego necesarias, pero lo cierto es que una vez se llega a la universidad, quien no esté al día con todo lo que nos rodea, podrá sentirse también excluido a nivel laboral dadas las exigencias actuales y el ritmo de información a procesar.
Aunque parezca que basta con incorporar la tecnología al aula y que un profesor esté preparado para poder usarla, tiene mucho más detrás de eso. Para que todo funcione, se necesita contenido digital, un nuevo negocio que van abriendo poco a poco las editoriales y que ha supuesto una nueva línea de investigación y desarrollo, al igual que las plataformas donde ubicarlo y la posibilidad de que tanto alumnos, como padres o profesorado puedan acceder a distintas áreas del mismo.
Lo dicho, puede parecer que la polémica radica exclusivamente en poner un Ipad a nuestros pequeños en clase, pero va mucho más allá de eso. ¿Sin este tipo de evolución serán los nuevos analfabetos? La polémica está servida.