Más allá de los mensajes que se intentan dar de recuperación económica, la realidad para las empresas es otra.
A finales de 2021 la previsión era que más de 5000 empresas presentaran concurso de acreedores siguiendo la tendencia creciente desde el verano de 2020.
Esto, puesto en contexto, supone un 30% más que en el año anterior, el de la pandemia, pero, además, comparado, habría que irse a 2014, en plena ola de cierres, para encontrar una cifra parecida.
«Es cierto que la pandemia ha sido algo imprevisible y que las empresas no estaban preparadas para una crisis, sobre todo en el sector servicios, de este nivel. Pero las medidas que se han ido planteando no han hecho sino parchear temporalmente la presentación del concurso porque es inviable seguir adelante para muchos» han explicado algunos economistas que no terminan de ver soluciones fáciles llegadas desde los estamentos económicos.
Según los datos estadísticos, Madrid, Comunidad Valenciana y Cataluña son las comunidades autónomas con más problemas de solvencia en pequeñas empresas, que han visto cómo las restricciones de aforo, los cierres y la tendencia de compra online como principales escollos para continuar.
Son muchos, sin embargo, los que seguirán adelante buscando una forma de refinanciar deuda y, así, aprovechando este 2022 para volver a planificar una salida a la inversión inicial y la ilusión con la que se lanzaron al emprendimiento.
Pese a las moratorias que se planificaron hasta finales de año, las ayudas no han sido siempre suficientes, siendo muchos quienes han decidido dar una segunda oportunidad, tras rediseñar de nuevo las fórmulas y formatos de sus negocios, y acudir a un préstamo con ASNEF que les permita un pequeño respiro para coger el empuje que necesitan para intentar de nuevo salvar la situación en vista de la recuperación que los expertos prevén, aunque lenta, en este nuevo año fiscal.
Las previsiones reales para este 2022 a nivel empresarial parecen bastante optimistas teniendo en cuenta los últimos estudios de entidades como Deloitte, que prevé que más del 84% de las empresas consigan facturar más, siendo incluso más del 50% las que esperan contratar más personal para su funcionamiento.
Con un funcionamiento más ágil de la cadena de suministro, una mayor confianza de la población a la hora del gasto y una hoja de ruta a nivel europeo que siga avalando vía los fondos que las ayudas lleguen de verdad a las empresas, las tendencias de concursos podrían cambiar, aunque hay que tener en cuenta que, probablemente, este primer trimestre, sea complicado para empresas de las autodenominadas zombis que apuraron hasta el final para la presentación y que, sin embargo, son insolventes o no viables sin haber tomado alguna decisión como la refinanciación por el camino.
Con una presión inflacionista sin precedentes en la época reciente, la incertidumbre forma parte de la fórmula, pero sin duda, con los fondos Next Generation EU es el momento de apostar y aplicar por cambios estructurales que añadan al know how de las empresas lo que se ha aprendido en esta crisis pandémica y transformar las organizaciones en unas que miren al futuro desde las tendencias y necesidades sociales reales.