Hoy en día hablar de publicidad es casi tener que hacerlo de su vertiente más digital. Desde que llegara internet para quedarse en nuestras vidas, incluso en las universidades se han modificado los planes de estudios del área de Humanidades, en concreto de la rama de Comunicación, Publicidad y Marketing.
Hoy en día, pese a que siempre habían estado en disciplinas distintas en los temarios, han pasado a englobar un todo, digital, porque no se puede comprender hoy en día la publicidad sin contar con una parte importante de comunicación y de marketing de contenidos.
Hemos pasado de buscar ese mensaje que estuviera en cada uno de los carteles publicitarios de la calle e incluso en las páginas más destacadas de medios a buscar algo que llegara mucho más de cerca al usuario final, a través del buzoneo, llegando a sus manos y captando durante unos segundos la atención del cliente potencial.
Y ahora es lo que se sigue buscando, aunque haya sido a través de un dispositivo móvil. Sin embargo, sabemos que 2017 será también el año en el que volverá parte de la publicidad clásica, la de papel, la que siempre ha dado resultados.
¿Cuántas veces hemos guardado algo encontrado en el buzón porque nos haya interesado? Muchas. Esa es la clave, dar con la imagen, la oferta, el mensaje. Volver a los orígenes, ser capaces de sacar de la mente de los creativos algo revolucionario, que volver a lo clásico sea en sí mismo una revolución.
Pero nada llega sin ser buzoneado, la clave de que estas campañas de verdad llegaran a funcionar. Con buzoneofacil esa parte puede resolverse de la manera más sencilla. Aunque pensemos que es la parte menos lucida de todo el proceso, sin ella, no serviría de nada los esfuerzos de la mente de todo el equipo y del esfuerzo económico de las compañías en una campaña de este estilo.
A veces lo revolucionario pasa por volver al principio para volver a reescribir cuál debe ser la nueva interpretación. Apostemos por el pasado, porque de allí venimos, para revolucionar el futuro.
Pese a que ahora todo se centre en lo digital, en publicidad basada en redes sociales, en vídeos en streaming, puede que lo que de verdad llame la atención sea lo que puede ser tocado, la imagen de siempre, el papel. Eso sí, no basta con copiar lo que funcionaba en los años 90, sino con reinterpretar lo que se hace online y volcarlo a lo analógico de vuelta. Mensajes, imágenes, reciprocidad y, por qué no, una puerta a lo digital. Allí podrán buscar la información, pero no está de más ser capaces de lanzar un anzuelo.