Cada año en estas fechas todos los directivos de marketing y publicidad están poniendo en marcha las campañas establecidas y definidas en meses anteriores. Sin embargo, lo cierto es que en los últimos años todo ha cambiado lo suficiente como para necesitar parar y echar un vistazo a lo que está por venir este nuevo 2017.
Hay que tener claro que el marketing de contenidos vino hace unos años para desarrollarse y, sobre todo, quedarse.
La importancia de apostar por una forma de publicidad que además aporte calidad y contenidos novedosos ya no es algo innovador sino casi una obligación para cualquiera que quiera tener algo de éxito. Pero ahora hay que apostar por dar un paso más y volcar todo esto, que se venía haciendo en blogs corporativos, en redes sociales.
La revolución que se ha vivido gracias a la velocidad y a la audiencia que se puede conseguir a través de ellas ha hecho que los grandes gurús de la materia y prácticamente toda la totalidad de las corporaciones apuesten por una estrategia de contenidos en redes sociales mucho más intensa que otros años. De hecho, quizá lo que hay que decir que depara este 2017 es el crecimiento de esta vía a través de la imagen. Ya sean fotografías, vídeos o incluso emisiones en directo a través de las plataformas de redes que lo permiten, todo pasará por ser originales y aportar calidad.
A nivel digital si hay algo que marcará este 2017 serán las nuevas aplicaciones con las que se contará a nivel inteligencia artificial. Aunque ahora mismo suena a ciencia ficción, las webs semánticas y el lenguaje cobrarán vida y comenzarán a girar la forma de entender los contenidos y la experiencia incluso de los usuarios. El salto al internet de las cosas nos dejará a todos con miles de posibilidades abiertas para poder aprovechar, aunque no podemos olvidar que el salto no será de hoy para mañana, sino progresivo.
Pero no debemos olvidarnos tampoco de dónde venimos. Hacer marketing y, sobre todo, publicidad hace años era algo mucho más personal que lo que se hace hoy en día. Se hablaba de llegar a la mano del usuario. Pero en formato papel, no a través de un smartphone.
Las ventajas de estos métodos, aunque resulte contradictorio, sigue vigente hoy en día. El hecho de que un tríptico llegue al buzón de un usuario, un lugar que ahora ha quedado reducido a las notificaciones de Correos y de los bancos que aún manden cartas en formato papel, hace que llegue directamente a la puerta de su casa.
Pero no vale cualquier tipo de publicidad. Porque no sería válida. Hay que apostar de nuevo por la creatividad, por sorprender a esa persona que de repente ve en su mano un folleto informativo de un producto que puede serle de utilidad. Posiblemente el tiempo que exista para llamar su atención como marca sea el tiempo que sube en el ascensor, pero bastará ese minuto para conseguir llamar a sus sentidos y que el mensaje cale.
Una ventaja también de este método, si somos capaces de nuevo de innovar un clásico, es el precio. Los trípticos baratos están hoy en día disponibles en el mercado y sirven para mucho más de lo que pensamos. Porque están, se tocan, se leen, se guardan, se pueden volver a consultar e incluso se puede apuntar sobre ellos.
Aunque suene raro, no hay que descartar este tipo de publicidad aún en 2017 porque, si se sabe hacer, es efectiva y abaratará costes, permitiendo que una marca o producto esté en numerosos puntos a la vez, atrayendo la mirada de la gente y acompañándola en un momento en el que lo online, no llega.