Echar la vista atrás a 2020 es casi hacerlo a un abismo del que poca salida se veía y que ahora, entrando en el verano de 2021, ya empieza a dejar ver la luz al final del túnel gracias a la vacunación, a una incidencia menor y a la puesta en marcha, de nuevo, de las empresas.
Sin embargo, ese momento trajo también una nueva forma de adaptarse al trabajo en remoto; algo que empezaba a asomarse pero que se vio impuesto durante los meses más duros. Este nuevo formato, no obstante, ha traído muchas ventajas para los trabajadores y equipos, pero también la búsqueda de una organización óptima y dúctil para alcanzar los objetivos, que siguen siendo elevados.
En este contexto, ¿cómo se pueden gestionar de forma ágil equipos y proyectos en remoto? Hay una serie de puntos clave que ayudan no solo a medir esfuerzos sino a aunar todos ellos para avanzar con paso firme a la consecución de las metas y retos empresariales.
El abc de la gestión en remoto
– Es necesario saber hacer. Lo primero que se tiene que buscar es cómo derivar lo que se gestionaba en la oficina desde equipos remotos. Para ello, en muchos casos, los trabajadores han tenido que ir formándose sobre la marcha en herramientas tecnológicas que pusieran en común programas y comunicaciones para trabajar en equipo desde la distancia. Gracias a los avances en aplicaciones, plataformas y demás formas de reunión, lo cierto es que el salto a la gestión remota digital ha sido más sencillo de lo que parecía, aunque requiere esfuerzo y trabajo por todas las partes implicadas
– Motivación: uno de los peligros del remoto tiene que ver con la motivación. El hecho de estar en domicilios o coworkings supone un nuevo entorno de trabajo que requiere no solo de responsabilidad sino también de motivación. Desde la parte corporativa es vital ser constante en la motivación a los empleados para que se sientan acompañados y sabedores de que el esfuerzo es monitorizado.
– La nueva gestión remota conlleva también nuevos métodos de trabajo. Es el momento de que la empresa pase también la voz a los colaboradores: escuchar las inquietudes, dificultades, dudas y sensaciones de quienes van a desarrollar en adelante así el trabajo es clave para evitar malentendidos o sentimiento de aislamiento. Una metodología flexible y más sencilla de adaptar viene de la mano de una escucha activa, teniendo en cuenta su feedback para mejorar y perfeccionar los métodos de gestión de equipos. Sólo así se avanza y el trabajo del proyecto es cómodo y eficaz.
– Imponer un horario claro es vital. La tendencia según los estudios es que en remoto se dedica más horas de trabajo. Esto debe tratar de evitarse. Más allá de cumplir la legislación, se trata de instaurar herramientas que ayuden a la gestión de equipos de forma efectiva. Los editores de software de RRHH como Lucca, proponen una suite para ello. Los colaboradores sacan así mayor partido a sus jornadas sin necesidad de alargarlas.
– Finalmente, Tener claro cuáles son los hitos por conseguir para no perderse por el camino. El mercado está en constante cambio y también la forma de gestionar estos para sacar adelante los proyectos, pero es necesario contar con todo el equipo en remoto para conseguirlo.
En resumen, ya sea con la continuidad del teletrabajo, con opciones que permitan ciertos días de teletrabajo y otros presenciales para reuniones puntuales, o bien colaborando con equipos remotos que no pueden sino hacerlo de esta manera, la clave pasa por la comunicación interna, mandos que entiendan cómo la gestión de equipos es prioritaria en base a diálogo con los mismos y objetivos claros y abarcables.