Hablar en 2017 de negocios online es hacerlo de una realidad que mueve millones en el mundo. Herramientas como kwfinder o sendowl ayudan a neófitos y profesionales a dar sus primeros pasos de forma acertada.
La llegada de las ventas globales a través de la red ha supuesto una diferencia abismal que ha multiplicado exponencialmente las cifras de negocio de muchas multinacionales que apostaron desde el primer momento por este tipo de apertura a mercados en los que, en muchos casos, ni siquiera tenían presencia, pero donde existía un público objetivo interesado en sus productos o servicios.
El hecho de que las fronteras cayeran, independientemente obviamente de los acuerdos comerciales de las distintas zonas y de las legislaciones específicas en cada rincón del mundo, benefició a los consumidores que veían como la oferta crecía de una manera nunca imaginada.
El mismo producto, o similar, podía encontrarse en distintas tiendas online de distintos países aportando alguna singularidad o apostando por la guerra de los precios que, al final, abarataba el coste de la transacción.
Solo para poner las cifras que sitúan el ecommerce en su contexto, según el Departamento de Comercio de los Estados Unidos, durante el segundo semestre del año pasado, el comercio electrónico supuso 97.3 miles de millones de dólares. Cuanto menos, unos datos que, sumados al crecimiento experimentado que superó en el periodo el 4.5% de lo que fue el primer semestre, deja patente que es un campo en el que aún se debe seguir apostando.
Frente a las críticas que en un primer momento cosechó e incluso las dudas que generaba que la gente se fiara en la compra casi por catálogo, lo cierto es que ha sido el gran aliado del comercio minorista, no sólo en Estados Unidos sino en el resto del mundo, que ha visto cómo del escaparate del centro comercial o de la tienda tradicional, se llegaba a miles de personas a las que, de otra manera, jamás se habría tenido acceso.
Pero lo cierto es que no basta estar y punto. Sino que hay que hacerse ver. Campañas de posicionamiento SEO, de marketing, publicidad tradicional o incluso la consecución de tráfico orgánico por otras vías o bien pagado han sido básicas para conseguir mejorar los resultados de pequeños negocios online que llegaban para adecuarse a las verdaderas necesidades del consumidor.
Y puede que en este sentido, aquí esté la clave: en el consumidor. Frente al comercio tradicional de barrio, en el que todos conocían al dependiente, se pasó a las grandes superficies y la lucha por el precio. La llegada también de las tiendas asiáticas, donde la competencia de precios pasó a ser feroz, también colaboró a que la apertura a un escaparate virtual fuera una realidad mucho más sencilla ya que se conocían productos y calidades que antes sólo se oía hablar de ellas.
Herramientas para ayudar al negocio online en sus ventas
El consumidor pasó de buscar y adaptarse a los productos que le llegaban por proximidad a ser capaz de buscar y encontrar en cualquier rincón del mundo algo que se ajustaba incluso más a la necesidad.
Y si el pequeño, mediano o gigante online era capaz de dar con las palabras clave que formaran parte de su búsqueda, hacían visible un producto que, de otra forma, podría pasar desapercibido o incluso no encontrarse nunca en la red.
Para muchos pequeños o medianos comercios que dan el salto a la tienda online, herramientas como kwfinder se convierten en los grandes aliados capaces de aportar un tráfico continuo que, en definitiva, puede convertirse en ventas. Objetivo de cualquier ecommerce que se precie.
El uso de las palabras clave, de aquellas que el usuario introduce en un buscador o que sirven para definir en detalle lo que busca se ha convertido en vital para la venta del producto.
El nivel de lenguaje semántico que, poco a poco está dando el paso hacia un tipo de internet basado también en la utilidad y usabilidad de las herramientas de inteligencia artificial ha sido en parte consecuencia también de eso, de buscar un lenguaje universal en la red que sitúe y catalogue el contenido.
Y dicho esto, el camino a seguir pasa precisamente por eso para el siguiente paso en el que se ve el negocio online, en buscar una visibilidad, pero también un orden en el caos.
Millones de minoristas han dado el salto a un tipo de comercio que, hasta ahora, no contemplaban, poniendo miles de millones de productos a disposición del usuario.
Con herramientas como sendowl que permiten el alojamiento, la distribución y el cobro de los productos que se han vendido online, los comercios más pequeños han sido capaces de dar el salto a la era digital de su negocio.
La llegada de los productos digitales que también servían en los comercios para generar ingresos casi pasivos definieron también distintas estrategias a seguir y los costes del alojamiento de los servicios, productos u objetos.
Y si no se dispone de tienda online propia, algo que sería lo que siempre se recomendaría para poder controlar absolutamente todo el proceso, alojamientos como el mencionado, cuyo coste mensual es apenas simbólico, ayuda a comenzar las ventas.
No es el futuro, nada que ver. Es el presente y cada vez más la realidad económica del comercio. Las cifras hablan por sí mismas. Y los comercios, tradicionales, nuevos y de cualquier nacionalidad deben saber cómo adaptar su oferta a su demanda.