La nueva normalidad laboral se basará en pequeños gestos

 El Blog de Germán PiñeiroSe está escribiendo mucho sobre la nueva normalidad en términos de movilidad geográfica, posibilidades deportivas o incluso turismo, pero poco en lo que respecta a la nueva normalidad empresarial que habrá que instaurar.

Cada día son más las pymes y grandes compañías que abren las puertas de sus centros de trabajo para dar a las plantillas la opción de volver a oficina en vez de seguir teletrabajando. En el caso, no obstante, de que esta realidad sea posible, las autoridades están recomendando que se promueva, al menos hasta que acabe el verano.

No obstante, no siempre es viable porque, en algunos casos, más allá de necesitar recepcionar pedidos, también es necesario atender presencialmente al cliente ssiguiendo todos los protocolos que han establecido no solo desde sanidad sino también desde los distintos departamentos de Recursos Humanos, auspiciados en muchos casos por los nuevos protocolos que han hecho llegar las mútuas o los departamentos de Prevención de Riesgos Laborales.

Al margen de eso, las empresas están reinventandose para salvar un trimestre que ha dejado todos los planes aplazados.

El parón empresarial que ha venido hasta mayo ha supuesto una realidad muy distinta a los augurios de principios de año y es el momento de apostar por gestionar los cambios para que todo comience de nuevo no solo a rodar sino a replantear cómo dirigir la gestión en los próximos meses en vista de cómo quedará la situación económica y productiva en España.

¿Cuál será entonces la nueva normalidad de los centros de trabajo?

Más allá de apostar por grandes medidas, serán pequeños gestos los que de verdad garanticen la seguridad de las plantillas y los que haya que ir instaurando como una realidad más de la rutina de trabajo.

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Mamparas de separación que garanticen el trato tanto con el público como en las mesas de trabajo, una extrema limpieza en salas de reuniones, despachos compartidos e instalaciones en las oficinas, una apuesta clara por protocolos de acceso sin aglomeraciones e incluso control de temperatura o incluso el implantar protocolos de inteligencia artificial para el reconocimiento de rostros pueden ser solo algunas de las alternativas planteadas.

Pero lo que está claro es que, a nivel particular, los trabajadores deberán también poner de su parte para que las zonas compartidas sean lo más seguras posibles.

Aparte del distanciamiento social que se ha recomendado de forma incansable, el llevar una higiene de manos y teclados, por ejemplo, será clave.

Pero más aún el uso de mascarillas para evitar contagios. Actualmente es obligatorio llevarlas en lugares públicos donde la distancia de 2 metros no pueda respetarse, aunque es cierto que en centros de trabajo será clave.

“Por suerte la acogida que ha tenido el uso de mascarillas en la sociedad ha sido buena. Además, con las posibilidades actuales de elegir tejidos para las reutilizables y las opciones que van a tener las empresas de serigrafiarlas serán un nuevo regalo corporativo y una forma de apostar por la seguridad de sus trabajadores, clientes y proveedores” explican desde Maxilia.