En un momento en el que muchos de los nombres más conocidos y pioneros en el camino del creador de contenido en redes sociales como Instagram dan un paso atrás, toca darle una vuelta al concepto y plantearse si, de verdad, tiene cabida en las estrategias de marketing y por qué.
Antes de empezar a desgranar los argumentos la respuesta es clara: sí, el influencer marketing no es que tenga cabida, es que es ya imprescindible en cualquier intento de promocionar marcas, productos y retorno. Tanto es así, que según los expertos, por cada euro que se invierte en este tipo de promoción, se recuperan 18. Un enfoque que es el que está convenciendo a marcas que, hasta ahora, no tenían en mente dar el salto a las redes de esta forma tan directa.
“Solo en 2020 el marketing de influencers creció hasta un 57%. Está claro que es el canal con el que se llega a un público de una forma mucho más natural, directa y efectiva. Son cada vez más las marcas que, viendo los resultados de incorporar en sus estrategias de negocio esta acción de promoción, acaban contactando con una agencia de influencers para que les ayude no solo a encontrar el que mejor encaje con el mensaje sino a crear toda la parte creativa con ellos” explican desde La Caja Company.
Para comprender de verdad el impacto que tiene el apostar por este tipo de campaña, basta con echar un vistazo a las que han marcado la diferencia y que sirvan para comprobar cómo, gracias a perfiles que se ajusten con el mensaje, producto o marca, se consigue un impacto mucho más medible del que se consigue con otras campañas de publicidad en formatos más tradicionales.
Marcas como Estée Lauder, que tiene una trayectoria en el sector de la cosmética intachable, llegó un momento que quiso acercarse al público joven y no centrarse, como estaba en el mercado, en la mujer madura. Para ello buscó, dentro de su presupuesto, a una de las top models con mayor engagement entre los jóvenes: Kendall Jenner. Gracias a esta colaboración, hasta 82 productos que formaron parte de su estrategia, crecieron en ventas en un target al que previamente no habían llegado.
En el mismo campo de la marca cosmética, es hora de poner nombre español: Aida Domenech o, lo que es lo mismo, Dulceida. MAC, una de las marcas de referencia en el mundo del maquillaje, apostó por ella para crear un producto de labios y una paleta de sombra de ojos. ¿Resultado? Tres millones de euros en esos productos en un año. ¿Coincidencia? No, en realidad, el trabajo de una de las influencers más valoradas del país que cuenta por millones a sus seguidores y que, sobre todo, ha conseguido conectar con ellos en un ámbito que cualquier cosa que recomiende es tenida en cuenta.
Móviles, bebidas, complementos, calzado, por supuesto moda…todo tiene cabida en manos de una agencia de influencers y una cuenta bien posicionada. De hecho, aunque haya empresas que no dispongan del presupuesto de un MAC o de un Estée Lauder para contratar a este tipo de perfiles, existen cientos de microinfluencers que tienen una relación mucho más cercana con sus seguidores y que consiguen de igual forma los objetivos con tarifas más acordes con las marcas.