Las redes sociales, paredes de solidaridad

social commerce y mobile marketing El Blog de Germán PiñeiroDe nuevo la fuerza de internet y de las imágenes ha quedado más que patente por otro trágico suceso. Si hablábamos hace unos meses de la influencia de los tuits para hacer global un hecho como el que ocurrió en Charlie Hebdo, hoy vuelve con más fuerza si cabe con la fotografía del niño sirio en la orilla del mar.

Desde luego, antes de la publicación de esta imagen y de que fuera viral, se venía hablando durante semanas de la situación de miles de refugiados que buscaban una oportunidad en el Viejo Continente y que trataban de entrar a la Unión Europea por cualquiera de los medios posibles.

No es el momento de ese debate, que no deja de ser político. Sin embargo, si es el momento de debatir ciertas situaciones que han venido sucediendo desde que la fotografía fuera portada de las principales cabeceras no sólo europeas sino de todos los continentes.

Pero hay que comenzar por una reflexión. Las noticias han estado publicándose diariamente no sólo en los medios, sino también emitiéndose. Sin embargo, la ira de las redes sociales, la viralidad de una imagen y la publicación en portada han sido el detonante para que la población haya saltado a las calles y la indignación, solidaridad y el clamor por soluciones se hayan pedido casi a gritos.

El primer paso es la imagen. Para que ella haya existido, un fotógrafo, en este caso una profesional de una agencia de noticias turca, tuvo que tomar la difícil decisión de encuadrar el cadáver del niño en la orilla y disparar la fotografía. Ese fue el primer debate, en este caso interno. ¿Era una imagen para retratar el horror o debía quedarse en la tarjeta de la cámara? Ahí el segundo de los dilemas. El caso es que el resultado ya lo sabemos. Nilüfer Demir no pudo mirar a otro lado y se decidió a que la muerte de Aylan no fuera en balde. Era la imagen para remover conciencias y poner sobre la mesa la realidad de los refugiados. Era, como lo han sido a lo largo de la historia, la imagen de un momento histórico.

Quizás también te interese:  Aerolíneas de Malasia selecciona a Esker para automatizar el proceso de 28.000 facturas al mes

Ahora llegamos a la parte que hace saltar todas las alarmas. La fotografía llega a las redacciones de los medios. Hasta ahora, se había podido crear debate acerca de la dureza de algunas fotografías que eran publicadas por los medios. Pero ninguna había sido como la de Aylan. ¿Se publica o no?

Aquí es donde queríamos llegar. Las redacciones de medio mundo pusieron a prueba sus códigos deontológicos y éticos. Hasta ahora nunca había trascendido los debates de las redacciones por publicar o no una foto en portada. Sin embargo, son pocos los medios que se han quedado callados y que han tenido que justificar, cada uno desde su perspectiva, por qué publicar la imagen de la playa.

De ahí a que saltara a las redes sociales, fue cuestión de minutos. Sin duda la fuerza que han tenido los miles de hashtags e interactuaciones a nivel mundial han servido para que algunas políticas, cerradas hasta el momento, hayan tenido que ser modificadas por expresa petición multitudinaria de sus ciudadanos.

Hoy más que nunca, las redes se han solidarizado con una imagen que acarrea, detrás de ella, una situación humanitaria que necesidad de ayuda. Se ha demostrado, una vez más, que las redes sociales e internet son también un lugar donde reclamar justicia.

Por último mencionar que este post forma parte del Concurso de Post Solidarios de la Fundación Mutua Madrileña y te animamos a visitar su página web www.premiosvoluntariado.com donde podrás informarte sobre como aportar tu granito de arena.