No sé tú, pero yo odio leer algo que he escrito y encontrar una errata enorme. Inmediatamente paso a solucionarlo, la autocorrijo en mi cabeza y luego intento encontrar una manera de que no vuelva a suceder.
¿La buena noticia? Normalmente es una solución rápida. Pero eso no siempre es así en el marketing de contenidos, donde tus activos pueden pasar por un proceso de aprobación, ser profesionalmente diseñados y luego compartidos a través de tus diferentes canales de marketing.
Cada día, incluso los mejores especialistas en marketing de contenidos cometemos errores que nos ralentizan en la producción. ¡No dejes que esto te ocurra a ti! Para evitar algunos de los mayores errores en el marketing de contenidos, puedes empezar por leer este artículo que hoy te presento, donde aprenderás sobre los tres errores que simplemente no te puedes permitir cometer y cómo solucionarlos.
Contenido del artículo:
¡Empecemos! He aquí tres errores comunes que los especialistas en marketing de contenidos cometen y cómo solucionarlos:
Primer error: No plasmar por escrito tu estrategia
Una estrategia escrita no es sólo algo que es bueno tener, sino también algo básico para las empresas con un marketing de contenidos eficaz. En general, los especialistas en marketing B2B y de consumo que tienen una estrategia de marketing de contenidos documentada, obtienen unos resultados mejores y más efectivos que los que no tienen una estrategia o sólo tienen una estrategia verbal, según el estudio Benchmarks, Budgets, and Trends realizado en 2016 por el Instituto de Marketing de Contenidos de los Estados Unidos.
Si tu estrategia de marketing necesita ser escrita, refinada, o ni siquiera existe, empieza a pensar en tu estrategia de contenidos como en un caso de negocios para crear contenido (en conjunto y a un nivel de activos individuales).
Para empezar, aquí tienes varios elementos clave que tendrás documentar en tu estrategia de marketing de contenidos:
-Objetivos: Parece importante, ¿verdad? Tu estrategia debería incluir tus motivos para crear el contenido en general así como los motivos para crear cada fragmento de contenido. Mientras estés documentando esas respuestas, asegúrate de incluir cuál quieres que sea el resultado. No puedes superar las expectativas si nunca las estableces previamente.
-Mapas de público y actores: Después, tendrás que documentar para quién estás escribiendo. En muchas empresas, puedes querer conectar con varios públicos distintos con tu contenido. Aunque es genial tener una idea general de los diferentes grupos de personas, también es importante que entiendas e incluyas más detalles sobre quiénes son esas personas -su perfil, motivaciones e intereses-. Ese detalle puede adoptar la forma de un actor, que es una descripción de quién es tu comprador, sus características, sus responsabilidades, sus mayores desafíos, etc. Ser específico sobre a quiénes te quieres dirigir con tu contenido te ayudará a comprender cómo crear contenido que conecte con ellos.
-Canales: El contenido es bastante interesante, pero sin una adecuada distribución y promoción, puede que nuncas consigas la atención que quieres sobre él. Usa tu estrategia de marketing de contenidos para detallar cómo, cuándo y dónde compartirás tu contenido.
-Tipos de contenido: El formato puede variar dependiendo del sector, el público, el canal, cuánto tienes que decir sobre un tema concreto y otras variables. Pero si sabes que sólo vas a producir, digamos, infografías y post de blog, pon eso por escrito en tu plan de contenidos. Y luego, explica por qué eliges esos formatos y para qué tipos de público o temas serían más adecuados.
-Directrices de contenido: Las directrices de contenido pueden incluir muchas cosas, como las directrices de estilo de tu marca, que responden a preguntas de estilo redaccional o gráfico y también podrían detallar tu proceso de creación de contenido, y definir quién escribe, edita y aprueba tu contenido antes de su publicación.
Segundo error: No comprender qué contenido ya existe
La demanda de contenido puede ser intensa, y aunque es crítico ofrecer valor a tu público y proporcionar a tu equipo el contenido adecuado para conectar con él, no necesitas necesariamente reinventar la rueda cada vez que produces nuevo contenido. Lo más probable es que no seas la primera persona en tu organización que crea contenido, quizás incluso tengas muchos predecesores de contenido.
Uno de los errores más grandes que un especialista en marketing de contenidos puede cometer es no tomarse el tiempo para entender y familiarizarse con el contenido que ya existe, es decir inventariar y analizar los activos digitales de la compañía. En Iniciativas Virtuales, mi equipo y yo creamos contenido, pero también nos gusta pensar en nosotros mismos como Gestores de Contenido; es decir, la gente de nuestra organización que puede ayudar a alguien a encontrar los activos digitales que busca. Eso significa comprender lo que tenemos en nuestra biblioteca de contenidos y bloguear hacia delante y hacia atrás, una habilidad que nos ha ahorrado tiempo y recursos porque no tenemos que recrear los activos que aún tienen valor pero han acabado enterrados.
Tercer error: Caer en la trampa del “más”
Entender tu contenido existente es útil, pero igual de importante es entender que hay límites respecto a cuánto contenido puedes crear y distribuir, así como a cuánto quiere ver tu público en última instancia. “Más contenido” puede ser una muleta que las organizaciones utilizan para producir contenido que se centra en la organización en lugar de centrarse en el cliente o el comprador.
¿Puedes promocionar tu contenido actual a tu público eficazmente hoy? ¿O ya están inundados con otros mensajes de marketing y contenido de tu marca? Hoy en día, los compradores han alcanzado un punto de saturación en lo que respecta a los mensajes de marketing. Sólo piensa en cuántas comunicaciones comerciales reciben de diferentes marcas cada día. Y aunque el contenido pueda abrirse camino a través del ruido porque ofrezca valor real, insto a otros especialistas en marketing de contenidos a que cuestionen el “más”. En lugar de responder a la llamada del “más”, pregúntate cómo estás aprovechando actualmente los activos que ya tienes y por qué sería mejor uno nuevo.